Poesía completa
Por don Francisco de Quevedo y Villegas
El Parnaso español
Clío, musa I
- ¡Oh cuánta majestad, oh cuánto numen
- Más de bronce será que tu figura
- Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino!
- Las selvas hizo navegar, y el viento
- Vulcano las forjó, tocolas Midas
- Llueven calladas aguas en vellones
- Descortésmente y cauteloso el hado
- Tú solo en los errores acertado
- Escondido debajo de tu armada
- Bien con argucia rara y generosa
- En el bruto, que fue bajel viviente
- En dar al robador de Europa muerte
- Faltar pudo su patria al grande Osuna
- Tú, en cuyas venas caben cinco grandes
- Yo vi la grande y alta jerarquía
- Pequeños jornaleros de la tierra
- Dove, Ruceli, andate col pie presto?
- Sabe, ¡oh rey tres cristiano!, la festiva
- Aquella frente augusta que corona
- Decimotercio rey, esa eminencia
- Ansí, sagrado mar, nunca te oprima
- Sea que, descansando, la corriente
- Amagos generosos de la guerra
- No siempre tienen paz las siempre hermosas
- Cuando, glorioso entre Moisés y Elías
- Esclarecidas señas da Fortuna
- Faltar pudo a Escipión Roma opulenta
- De una madre nacimos
Polimnia, musa II
- Próvida dio Campania al gran Pompeo
- Quitar codicia, no añadir dinero
- Esta miseria, gran señor, honrosa
- Séneca, el responder hoy de repente
- Si de un delito proprio es precio en Lido
- Si gobernar provincias y legiones
- ¿Cuándo seré infeliz sin mi gemido?
- Tú ya, ¡oh ministro!, afirma tu cuidado
- Arroja las balanzas, sacra Astrea
- ¿Cuándo, Licino, di, contento viste
- No agradan a Policles los pecados
- Ya llena de sí solo la litera
- Por que el azufre sacro no te queme
- Lágrimas alquiladas del contento
- Descansa, mal perdido, en alta cumbre
- Para si subes; si has llegado, baja
- Más escarmientos dan al ponto fiero
- Desabrigan en altos monumentos
- Si son nuestros cosarios nuestros puertos
- Señor don Juan, pues con la fiebre apenas
- Dichoso tú que, alegre en tu cabaña
- ¡Cuántas manos se afanan en Oriente
- Solar y ejecutoria de tu abuelo
- Si lo que ofrece el pobre al poderoso
- Que los años por ti vuelen tan leves
- ¡“Ah de la vida”! ¿Nadie me responde?
- Fue sueño ayer, mañana será tierra
- A quien la buena dicha no enfurece
- Con más vergüenza viven Euro y Noto
- ¿Ves la greña, que viste por muceta
- Sin veneno sarrano, en pobre lana
- Para comprar los hados más propicios
- En el mundo naciste, no a enmendarle
- Un godo que una cueva en la montaña
- Todo lo puede despreciar cualquiera
- No es falta de poder que yo no pueda
- Si el sol, por tu recato diligente
- El barro que me sirve me aconseja
- Conso, el primer consejo que nos diste
- Primero va seguida de los perros
- Sola en ti, Lesbia, vemos ha perdido
- Para entrar en palacio las afrentas
- Ven ya, miedo de fuertes y de sabios
- Ven ya, miedo de fuertes y de sabios
- Deja la veste blanca desceñida
- Todo tras sí lo lleva el año breve
- Tuya es, Demetrio, voz tan animosa
- “Llueve, ¡oh Dios!, sobre mí persecuciones”
- ¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
- Pise, no por desprecio, por grandeza
- Tuvo enojado el alto mar de España
- ¿Podrá el vidro llorar partos de Oriente?
- Oír, ver y callar remedio fuera
- ¿Qué otra cosa es verdad sino pobreza
- Quiero dar un vecino a la Sibila
- Si no temo perder lo que poseo
- Huye sin percibirse, lento, el día
- Desembaraza Júpiter la mano
- ¡Qué bien me parecéis, jarcias y entenas
- Desacredita, Lelio, el sufrimiento
- ¿Ves, con el oro, áspero y pesado
- Ya formidable y espantoso suena
- Creces, y con desprecio, disfrazada
- Si me hubieran los miedos sucedido
- Lleva Mario el ejército, y a Mario
- “¡Oh!, fallezcan los blancos, los postreros
- O el viento, sabidor de lo futuro
- Miré los muros de la patria mía
- Desconoces, Damocles, mi castigo
- Raer tiernas orejas con verdades
- Miedo de la virtud llamó algún día
- El sacrílego Verres ha venido
- Con acorde concento, o con ruïdos
- De amenazas del ponto rodeado
- Ya te miro caer precipitado
- A tu justicia tocan mis contrarios
- Cuando la Providencia es artillero
- Si Venus hizo de oro a Frine bella
- Frine, si el esplendor de tu riqueza
- En el precio el favor, y la ventura
- Harta la toga del veneno tirio
- Esta concha que ves, presuntuosa
- La voluntad de Dios por grillos tienes
- Falleció César, fortunado y fuerte
- Más vale una benigna hora del hado
- El que me niega lo que no merezco
- No digas, cuando vieres alto el vuelo
- ¿Puedes tú ser mayor? ¿Puede tu vuelo
- Tirano de Adria el Euro, acompañada
- Esa frente, ¡oh Giaro!, en remolinos
- Vivir es caminar breve jornada
- Músico rey y médica armonía
- Si enriquecer pretendes con la usura
- Si las mentiras de fortuna, Licas
- Este metal, que resplandece ardiente
- ¿Miras este gigante corpulento
- Injurias dices, avariento, al cielo
- ¿Miras la faz que al orbe fue segunda
- ¿Tan grande precio pones a la escama?
- En la heredad del pobre las espigas
- ¿Ves esa choza pobre que en la orilla
- Cuando esperando está la sepoltura
- Las leyes con que juzgas, ¡oh Batino!
- Más fertilizan mi heredad mis ojos
- Es la soberbia artífice engañoso
- De los misterios a los brindis llevas
- Verdugo fue el temor en cuyas manos
- Duro tirano de ambición armado
- Retirado en la paz de estos desiertos
- Con mudo incienso y grande ofrenda, ¡oh Licas!
- ¡Oh corvas almas, oh facinorosos
- No he de callar, por más que con el dedo
Melpomene, musa III
- Mereciste reinar y mereciste
- Entre las coronadas sombras mías
- Tu alta virtud, contra los tiempos fuerte
- Si con los mismos ojos que leyeres
- De la Asia fue terror; de Europa, espanto
- Diez galeras tomó, treinta bajeles
- Memoria soy del más glorioso pecho
- Blandamente descansan, caminante
- Columnas fueron los que miras huesos
- Lo que en Troya pudieron las traiciones
- Quitemos al romano este cuidado
- Mi madre tuve en ásperas montañas
- Siempre, Melchor, fue bienaventurada
- Si cuna y no sepulcro pareciere
- Tu vida fue invidiada de los ruines
- Este, en traje de túmulo, museo
- A la naturaleza la hermosura
- Cuánto dejaras de vivir, si hubieras
- Ribera, hoy paraíso; Asán, hoy gloria
- Su mano coronó su cuello ardiente
- No pudo haber estrella que infamase
- No llegó a tanto invidia de los hados
- Las aves del imperio coronadas
- El que vivo enseñó difunto mueve
- Rayo ardiente del mar helado y frío
- Diole el león de España su cordero
- Al bastón que le vistes en la mano
- ¿Quién alimentará de luz al día?
- Imperio tuve un tiempo, pasajero
- Por más que el tiempo en mí se ha paseado
- Miré ligera nave
- Lícito te será, buen caminante
- Deja l’alma y los ojos
Erato, musa IV
Primera sección
-
- Fuego a quien tanto mar ha respetado
- Ostentas, de prodigios coronado
- Dichoso puedes, Tántalo, llamarte
- La mocedad del año; la ambiciosa
- Torcido, desigual, blando y sonoro
- A todas partes que me vuelvo veo
- Músico llanto en lágrimas sonoras
- Si el abismo, en diluvios desatado
- Ya que no puedo l’alma, los dos ojos
- ¡No sino fuera yo quien solamente
- Salamandra frondosa y bien poblada
- Bastábale al clavel verse vencido
- Ya, Laura, que descansa tu ventana
- Aminta, si a tu pecho y a tu cuello
- Lo que me quita en fuego me da en nieve
- Si quien ha de pintaros ha de veros
- Aminta, para mí cualquiera día
- La lumbre, que murió de convencida
- Si tu país y patria son los cielos
- Flota de cuantos rayos y centellas
- Ver relucir, en llamas encendido
- Enriquecerse quiso, no vengarse
- Ya la insana Canícula, ladrando
- Si a una parte miraran solamente
- Para agotar sus luces la hermosura
- Invidia, Antandra, fue del sol y el día
- Esforzaron mis ojos la corriente
- Frena el corriente, ¡oh, Tajo retorcido!
- Amarili, en tu boca soberana
- No es artífice, no, la simetría
- Arder sin voz de estrépito doliente
- La que me quiere y aborrezco quiero
- No admiten, no, Floralba, compañía
- Si en Francia, tan preciada de sus Pares
- Diviso il sole partoriva il giorno
- ¿Tú dios, tirano y ciego Amor? Primero
- Hermosísimo invierno de mi vida
- Si de cosas diversas la memoria
- Tal vez se ve la nave negra y corva
- Mandome, ¡ay Fabio!, que la amase Flora
- Alma es del mundo amor; amor es mente
- Las luces sacras, el augusto día
- Esa benigna llama y elegante
- Quien no teme alcanzar lo que desea
- Antes alegre andaba; agora apenas
- ¡Ay, Floralba! Soñé que te… ¿Direlo?
- Cuando tuvo, Floralba, tu hermosura
- Al oro de tu frente unos claveles
- No lo entendéis, mis ojos, que ese cebo
- ¡Mucho del valeroso y esforzado
- Bostezó Floris, y su mano hermosa
- Está la ave en el aire con sosiego
- Si fueras tú mi Eurídice, oh señora
- ¿Aguardas por ventura
- ¿Cómo pudiera ser hecho piadoso
- Los que con las palabras solamente
- Quien nueva sciencia y arte
- Oye, tirano hermoso
- Pues quita al año primavera el ceño
- Cuando al espejo miras
- Si alguna vez en lazos de oro bellos
- El día que me aborreces, ese día
- Júpiter, si venganza tan severa
- Si os viera como yo os vi
- Este amor que yo alimento
- Ojos, en vosotros veo
- Esforzose pobre luz
- Tiempo que todo lo mudas
- Después que te conocí
- Si en suspiros por el aire
- Males, no os partáis de mí
- Muérome yo de Francisca
- La belleza de aventuras
- A la feria va Floris
- A ser sol al mismo sol
- A la sombra de un risco
- Tus niñas, Marica
Sección II: Canta sola a Lisi y la amorosa pasión de su amante
-
- ¿Qué importa blasonar del albedrío
- Crespas hebras sin ley desenlazadas
- Los que ciego me ven de haber llorado
- Tú, que la paz del mar, ¡oh navegante!
- Ésta, por ser, ¡oh Lisi!, la primera
- Aquí, en las altas sierras de Segura
- Si mis párpados, Lisi, labios fueran
- En crespa tempestad del oro undoso
- Hago verdad la Fénix en la ardiente
- ¿Cómo es tan largo en mí dolor tan fuerte
- Si el cuerpo reluciente que en Oeta
- ¿Temes, ¡oh Lisi!, a Júpiter Tonante
- Molesta el Ponto Bóreas con tumultos
- ¿De cuál feral, de cuál furiosa Enío
- Quien bien supo una vez, Lisi, miraros
- Que vos me permitáis sólo pretendo
- Por ser mayor el cerco de oro ardiente
- Diome el cielo dolor y diome vida
- Si hija de mi amor mi muerte fuese
- Si fuere que, después al postrer día
- En este incendio hermoso que, partido
- Aquí, donde su curso retorciendo
- Esta víbora ardiente que, enlazada
- En breve cárcel traigo aprisionado
- Ya tituló al verano ronca seña
- Alimenté tu saña con la vida
- Quédate a Dios, Amor, pues no lo eres
- En una vida de tan larga pena
- Esta que duramente enamorada
- Diez años de mi vida se ha llevado
- Cerrar podrá mis ojos la postrera
- Éstas son y serán ya las postreras
- ¿Qué buscas, porfiado pensamiento
- ¡Qué perezosos pies, qué entretenidos
- Bien pueden alargar la vida al día
- Descansa en sueño, ¡oh tierno y dulce pecho!
- Cargado voy de mí; veo delante
- No me aflige morir; no he rehusado
- Por yerta frente de alto escollo, osado
- Colora abril el campo que mancilla
- También tiene el amor su astrología
- Si hermoso el lazo fue, si dulce el cebo
- Lisis, por duplicado ardiente Sirio
- En los claustros de l’alma la herida
- Amor me ocupa el seso y los sentidos
- Ya que pasó mi verde primavera
- Mejor vida es morir que vivir muerto
- Pierdes el tiempo, Muerte, en mi herida
- Puedo estar apartado, mas no ausente
- Hoy cumple amor en mis ardientes venas
- ¿Cuándo aquel fin a mí vendrá forzoso
- Un famoso escultor, Lisis esquiva
- ¡Oh vos, troncos, anciana compañía
- Voyme por altos montes paso a paso
- ¡Ay, cómo en estos árboles sombríos
- Pues reinando en tus ojos gloria y vida
Terpsícore, musa V
Letrillas satíricas
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Letrillas burlescas
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Letrillas líricas
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Jácaras
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Bailes
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Talía, musa VI
- “Antes que el repelón”, eso fue antaño
- Érase un hombre a una nariz pegado
- Mientras que fui tabiques y desvanes
- Ya los pícaros saben en Castilla
- Si eres campana, ¿dónde está el badajo?
- Antiyer nos casamos; hoy querría
- Trataron de casar a Dorotea
- Mejor me sabe en un cantón la sopa
- Yacen en esta rica sepoltura
- Fue más larga que paga de tramposo
- Si no duerme su cara con Filena
- ¿Lo que al ratón tocaba, si te viera
- ¡Oh doctor yerba, docto sin Galeno
- A venir el cometa por coronas
- Quéjaste, Sarra, de dolor de muelas
- Pelo fue aquí, en donde calavero
- Catalina, una vez que mi mollera
- Con testa gacha toda charla escucho
- Porque el sol se arreboza con la luna
- Tudescos moscos de los sorbos finos
- Ministril de las ronchas y picadas
- Si vivas estas carnes y estas pieles
- Leí los rudimentos de la aurora
- La vida empieza en lágrimas y caca
- Bermejazo platero de las cumbres
- “Tras vos un alquimista va corriendo
- En caña de pescar trocó Artabano
- “¿Queréis que suelte a Barrabás o a Cristo?”
- ¿Quién es del de las botas, que, colgado
- Esta redoma rebosando babas
- Yo, que en este lugar, haciendo Hurtados
- Si alumbro yo por que a matar aprenda
- La losa en sortijón pronosticada
- ¿Qué te ríes, filósofo cornudo?
- Preso por desvalido y delincuente
- Si a los que me merecen me entregara
- Piedras apaño cuando veis que callo
- Vida fiambre, cuerpo de anascote
- Yo me voy a nadar con un morcón
- Rostro de blanca nieve, fondo en grajo
- A moco de candil escoge, Fabio
- Si vieras que con yeso blanqueaban
- Si el mundo amaneciera cuerdo un día
- Dícenme, don Jerónimo, que dices
- Sólo en ti se mintió justo el pecado
- La edad, que es lavandera de bigotes
- Si un Eneíllas viera, si un pimpollo
- Sol os llamó mi lengua pecadora
- El ciego lleva a cuestas al tullido
- Resístete a la rueda, que procura
- Por más graciosa que mi tronga sea
- Que no me quieren bien todas confieso
- Dígote pretendiente y cortesano
- Vino el francés con botas de camino
- Perrazo, ¿a un español noble y cristiano
- ¡Oh Jano, cuya espalda la cigüeña
- Conozcan los monarcas a Velilla
- ¿Para qué nos persuades eres niña?
- Comer hasta matar la hambre es bueno
- Si en no salir jamás de un agujero
- Pues que vuela la edad, ande la loza
- ¡Oh tú, que comes con ajenas muelas
- Viendo al martirologio de la vida
- Ya salió, Lamia, del jardín tu rostro
- Amaras un ausente, que es firmeza
- Su colerilla tiene cualquier mosca
- Si caístes, don Blas, los serafines
- Mal oficio es mentir, pero abrigado
- A Roma van por todo, mas vos, roma
- Con la sombra del jarro y de las nueces
- Dice el embajador que le prestara
- Esta cantina revestida en faz
- Paréceme que van las Marujillas
- Pecosa en las costumbres y en la cara
- Hace tu rostro herejes mis despojos
- Padre, yo quiero al prójimo, y me muero
- Mi pobreza me sirve de galeno
- Alma de cuerpos muchos es severo
- Cornudo eres, Fulano, hasta los codos
- Son los vizcondes unos condes bizcos
- No os espantéis, señora Notomía
- Oye la voz de un hombre que te canta
- Óyeme riguroso
- Marica, yo confieso
- Tú sola, Cloris mía
- Con tres estilos alanos
- Floris, la fiesta pasada
- Sola esta fiesta en mi vida
- Todo mi discurso atajo
- Roma, hablando con perdón
- La esfera en que divide bien compuestas
- Vuestro soneto es tan bueno
- Mandan las leyes de Apolo
- Anilla, dame atención
- Don Repollo y doña Berza
- Al que de la guarda es
- A tus ojos y a tu boca
- Enero, mes de coroza
- Dos dedos estoy de darte
- “Allá van nuestros delitos”
- Si me llamaron la Chica
- Con mondadientes en ristre
- Sepan cuantos, sepan cuantas
- Una incrédula de años
- Viejo verde, viejo verde
- Una niña de lo caro
- Tomando estaba sudores
- “Pariome adrede mi madre
- Gobernando están el mundo
- Vi, debe de haber tres días
- “Padre Adán, no lloréis duelos
- A vos (¿y a quién sino a vos?)
- Ave del yermo, que sola
- Pájaro diciplinante
- Escándalo del Egipto
- Unos contadores cuentan…
- A la sombra de unos pinos
- Tus dos ojos, Mari Pérez
- “Madres, las que tenéis hijas
- Quitándose está Medoro
- “Madre, asperísima sois
- Los médicos con que miras
- “Yo, el único caballero
- Ya que a las cristianas nuevas
- Ciego eres, Amor, y no
- Yo, con mis once de oveja
- Desde esta Sierra Morena
- Fulanito, Citanito
- Una picaza de estrado
- Pidiéndole está dineros
- Selvas y bosques de amor
- La que hubiere menester
- ¡Qué preciosos son los dientes
- “Cruel llaman a Nerón
- “Manzanares, Manzanares
- Yo, cuello azul pecador
- Ansí a solas industriaba
- Mensajero soy, señora
- Yo, el otro juego de cañas
- No sé si es alma, si almilla
- ¿Estamos entre cristianos?
- A la Corte vas, Perico
- A buen puerto habéis llegado
- Chitona ha sido mi lengua
- Cubriendo con cuatro cuernos
- A la jineta sentada
- Al prado vais, la mi yegua
- Yo, el menor padre de todos
- De un molimiento de güesos
- Aquí ha llegado una niña
- Tres mulas de tres doctores
- Diéronme ayer la minuta
- No fuera tanto tu mal
- Marca Tulia se llamaba
- Pésame, señora mía
- Muy discretas y muy feas
- Deletreaba una niña
- Un moño que, aunque traslado
- Mando yo, viendo que el mundo
- La Escarapela me llamas
- En el retrete del mosto
- Fortunilla, Fortunilla
- Monseñor, sea para bien
- Viejecita, arredro vayas
- Cansado estoy de la corte
- Debe de haber ocho días
- De ese famoso lugar
- Estábame en casa yo
- A Marica la Chupona
- Villodres con Guirindaina
- ¿Quién me compra, caballeros?
- Antiyer se dieron vaya
- Mi marido, aunque es chiquito
- Lindo gusto tiene el Tiempo
- Riéndose está el ratón
- Los médicos han de errar
- Echando verbos y nombres
- Don Turuleque me llaman
- La vieja que, por lunares
- Mirábanse de mal ojo
- Medio día era por filo
- Orfeo por su mujer
- Son las torres de Joray
- Ayer se vio juguetona
- ¡Vive cribas!, que he de echar
- “A los moros, por dinero
- Llorando está Manzanares
- Señor don Leandro
- Érase una tarde
- Tardose en parirme
- Érase que se era
- Muchos dicen mal de mí
- ¿Por qué mi musa, descompuesta y bronca
- Canto los disparates, las locuras
Las tres musas
Euterpe, musa VII
- Viéndote sobre el cerco de la luna
- ¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
- Disparado esmeril, toro herido
- Oh tú, que con dudosos pasos mides
Sonetos pastoriles
-
- Ya que huyes de mí, Lísida hermosa
- Este cordero, Lisis, que tus hierros
- Pues eres sol, aprende a ser ausente
- Fuente risueña y pura —que a ser río
- Pues ya tiene la encina en los tizones
- ¿Ves con el polvo de la lid sangrienta
- ¿Ves gemir sus afrentas al vencido
- Amor, prevén el arco y la saeta
- ¿No ves, piramidal y sin sosiego
- Ya viste que acusaban los sembrados
- Estábase la efesia cazadora
- Dichoso tú, que naces sin testigo
- O ya descansas, Guadïana, ociosas
- Tú, princesa bellísima del día
- Ondea el oro en hebras proceloso
- Rizas en ondas ricas del rey Midas
- En este sitio donde mayo cierra
- Esta fuente me habla, mas no entiendo
- Esta yedra anudada que camina
- Miro este monte que envejece enero
- ¿Castigas en la águila el delito
- Las rosas que no cortas te dan quejas
- Lisi, en la sombra no hallarás frescura
Poesías amorosas
-
- Embravecí, llorando, la corriente
- Si en el loco jamás hubo esperanza
- Hay en Sicilia una famosa fuente
- El amor conyugal de su marido
- Cuando a más sueño el alba me convida
- Aguarda, riguroso pensamiento
- A fugitivas sombras doy abrazos
- Mas solitario pájaro, ¿en cuál techo
- Amor me ocupa todos los sentidos
- Dejad que a voces diga el bien que pierdo
- Detén tu curso, Henares, tan crecido
- Por la cumbre de un monte levantado
- Tan vivo está el retrato y la belleza
- Embarazada el alma y el sentido
- Soñé que el brazo de rigor armado
- Osar, temer, amar y aborrecerse
- ¿Qué imagen de la muerte rigurosa
- Del sol huyendo, el mesmo sol buscaba
- Artificiosa flor, rica y hermosa
- Tras arder siempre, nunca consumirme
- Lloro mientras el sol alumbra y, cuando
- De tantas bien nacidas esperanzas
- Si dios eres, Amor, ¿cuál es tu cielo?
- Solo sin vos, y mi dolor presente
- Es yelo abrasador, es fuego helado
- Yo vi todas las galas del verano
- En estos versos de mi amor dictados
- Saliste, Doris bella, y florecieron
- Aunque cualquier lugar donde estuvieras
- Quien quisiere nueva arte
- Pues quitas, primavera, al año el ceño
- Decir puede este río
- Dulce señora mía
- Besando mis prisiones
- Aunque, señora, creo
- Esento del amor pisé la yerba
- Después del gozar la gloria
- Cautivo y sin rescatarme
- Mirando cómo Pisuerga
- Ya sueltan, Juanilla, presos
- Contaba una labradora
- Pues ya los años caducos
- Tocose a cuatro de enero
- Ya que descansan las uñas
- De Valladolid la rica
- Salió trocada en menudos
- Pues me hacéis casamentero
- Estaba Amarilis
- Pues más me quieres cuervo que no cisne
Calíope, musa VIII
- Ningún cometa es culpado
- Después que me vi en Madrid
- Hemos venido a llegar
- Que no tenga por molesto
- Es tu firmeza tan poca
- Que le preste el ginovés
- Ésta que veis delante
- ¿Con qué culpa tan grave
- Diste crédito a un pino
- Esta que miras, grande Roma agora
- ¿Dónde vas, ignorante navecilla
- ¡Qué de robos han visto del invierno
- ¿Qué tienes que contar, reloj molesto
- El metal animado
- Este polvo sin sosiego
- ¿Ves, Floro, que, prestando la arismética
- En cárcel de metal, ¡oh atrevimiento!
- Estas que veis aquí, pobres y escuras
- De tu peso vencido
- Aquí la vez postrera
- A vosotras, estrellas
- O sea que olvidado
- ¡Oh tú, que inadvertido peregrinas
- ¡Oh Floris! Quién pudiera
- Tú, blasón de los bosques
- Este de los demás sitios Narciso
- Muere por que le mires
- Tú, si en cuerpo pequeño (Apéndice: Y el famoso español que no hablaba)
- El instrumento artífice de muros
- Deja la procesión, súbete al paso
- ¡Oh tú, del cielo para mí venida
- ¡Qué alegre que recibes
- Al tronco y a la fuente
- Yace pintado amante
- Estando en cuita y en duelo
Urania, musa IX
Sonetos sacros
-
- La profecía en su verdad quejarse
- Adán en paraíso, vos en huerto
- Pues hoy derrama noche el sentimiento
- Si dádivas quebrantan peñas duras
- Con sacrílega mano el insolente
- Cuando escribiste en el sagrado cerro
- El ver correr de Dios la sangre clara
- Hoy, por el mar Bermejo del pecado
- Tus decretos, Señor, altos y eternos
- Si nunca descortés preguntó, vano
- Es la soberbia artífice engañoso
- Sea que, descansando, la corriente
- ¿No ves a Behemoth, cuyas costillas
- A maldecir el pueblo en un jumento
- Señor, si es el reinar ser escupido
- Llámanle rey y véndanle los ojos
- Un nuevo corazón, un hombre nuevo
- De los misterios a los brindis llevas
- Caín: Por más bien visto, tu fiereza
- Los ojos, Hieremías, con que leo
- Si de vos pasa el cáliz de amargura
- Si mereciendo sillas Juan y Diego
- “Tened a Cristo” son palabras vivas
- No, alma, no, ni la conciencia fíes
- Atlante que en la cruz sustentas cielo
- Pues hoy pretendo ser tu monumento
- Contó tu reino Dios: hale cumplido
- Dice que tiene sed, siendo bebida
- Dícele a Judas el pastor cordero
- Vinagre y hiel para sus labios pide
- ¿Ves que se precia Dios de juez severo
- Pura, sedienta y mal alimentada
- Mujer llama a su madre cuando expira
- Arde Lorenzo y goza en las parrillas
- La voluntad de Dios quiere, eminente
- Si vistes a las piedras quebrantarse
- Las puertas del infierno siempre abiertas
- Si a Dios me debo todo porque he sido
- Con la voz del enojo de Dios suena
- ¡Oh, vista de ladrón bien desvelado
- Hoy no sabe de sí la astrología
- De los tiranos hace jornaleros
- ¿Adónde, Pedro, están las valentías
- Viendo el mísero Judas que, vendido
- Más te debe la envidia carcomida
- Ésta que a vuestros ojos hoy se ofrece
- Gusanos de la tierra
Poesías morales
-
- ¡Que llegue a tanto ya la maldad mía!
- Como sé cuán distante
- ¡Que llegue a tanto ya la maldad mía!
- ¿Dónde pondré, Señor, mis tristes ojos
- Dejadme un rato, bárbaros contentos
- Trabajos dulces, dulces penas mías
- Cuando me vuelvo atrás a ver los años
- Nací desnudo, y solos mis dos ojos
- ¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
- ¿Hasta cuándo, salud del mundo enfermo
- ¡Cuán fuera voy, Señor, de tu rebaño
- ¿Quién dijera a Cartago
- Un nuevo corazón, un hombre nuevo
- La indignación de Dios, airado tanto
- Negole a la razón el apetito
- Si soy pobre en mi vivir
- Bien te veo correr, tiempo ligero
- Viéndose Job afligido
- A los pies de la Fortuna
- Ya la obscura y negra noche
- Padre nuestro te llamo, no de todos
- Enséñame, cristiana musa mía
- En un valle de mirtos y de alisos
Poesías fúnebres
-
Musa décima
Poemas encomiásticos
-
Poemas morales
-
Poemas fúnebres
-
Poemas amorosos
-
Poemas satíricos y burlescos
Sonetos y cuartetos
-
- Adoro, aunque te pese, galileo
- “¡Bizarra estaba ayer doña María!”
- Casose la Linterna y el Tintero
- Convirtiose este moro, gran Sevilla
- Cuando tu madre te parió cornudo
- Cuernos hay para todos, sor Corbera
- Dime, Esguevilla, ¿cómo fuiste osado
- “¿Es más cornudo el Rastro que mi agüelo
- Ésta es la información, éste el proceso
- Este cíclope, no sicilïano
- Este letrado de resina y pez
- Este sepulcro contra el tiempo fuerte
- Éstos son los obreros de rapiña
- Hijos que me heredáis: la calavera
- La mayor puta de las dos Castillas
- La voz del ojo, que llamamos pedo
- Llegó a los pies de Cristo Madalena
- Mientras que, tinto en mugre, sorbí brodio
- Por no comer la carne sodomita
- Puto es el hombre que de putas fía
- ¡Qué amigos son de barba los Digestos
- ¿Qué captas, noturnal, en tus canciones
- Que tiene ojo de culo es evidente
- Quien quisiere ser culto en sólo un día
- Quiero gozar, Gutiérrez, que no quiero
- Rey que desencarcelas los gaznates
- Si la ballena vomitó a Jonás
- Socio: ¿Otra vez? ¡Oh tú, que desbudelas
- Sulquivagante pretensor de estolo
- Tantos años y tantos todo el día
- Tentación, no limosna, ha parecido
- Ten vergüenza: purpúrate, don Luis
- Un tenedor con medias y zapatos
- Verendo padre: A lástima movido
- Volver quiero a vivir a trochimoche
- Vuestros coplones, cordobés sonado
- Yo te untaré mis obras con tocino
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Heráclito cristiano y segunda arpa a imitación de la de David
- Un nuevo corazón, un hombre nuevo
- ¡Cuán fuera voy, Señor, de tu rebaño
- ¿Hasta cuándo, salud del mundo enfermo
- Que tenga yo, Señor, atrevimiento
- Como sé cuán distante
- ¡Que llegue a tanto ya la maldad mía!
- ¿Dónde pondré, Señor, mis tristes ojos
- Dejadme un rato, bárbaros contentos
- Cuando me vuelvo atrás a ver los años
- Trabajos dulces, dulces penas mías
- Nací desnudo y solos mis dos ojos
- Quien dijera a Cartago
- La indignación de Dios airado tanto
- Perdiole a la razón el apetito
- Pise, no por desprecio, por grandeza
- Ven ya, miedo de fuertes y de sabios
- Miré los muros de la patria mía
- Todo tras sí lo lleva el año breve
- ¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
- Desconoció su paz el mar de España
- Las aves que, rompiendo el seno a Eolo
- Pues le quieres hacer el monumento
- ¿Alégrate, Señor, el ruido ronco
- Para cantar las lágrimas que lloro
- Llena la edad de sí toda quejarse
- Después de tantos ratos mal gastados
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